Los ancianos pueden ser personas entrañables, ya sean nuestros abuelos o vecinos del barrio que conocemos de toda la vida, pero también muchos de ellos por desconocimiento conviven con problemas de visión que les dificultan la vida.
Estos problemas de visión suelen tener fácil solución, sin embargo muchos de ellos no lo remedian porque piensan que sus problemas son propios de la edad y porque desconocen los tratamientos que pueden aportar hoy en día las clínicas oftalmológicas.
En la actualidad, se estima que 4 de cada 5 personas mayores de 60 años sufre problemas de visión.
Hay problemas tan sencillos de solucionar como volver a graduar las lentes de las gafas. Muchos ancianos pueden pasarse mas de diez años sin visitar a su óptico, y en cambio su visión ha podido empeorar en ese espacio de tiempo, ocasionando que la persona tenga mala visión pero solo por culpa de unas gafas con una graduación inapropiada.
Puede parecer una tontería, pero sabemos que apenas el 20% de los ancianos tiene las gafas con la graduación adecuada.
Consecuencias de los problemas de visión en ancianos
Lo peor de los problemas de visión es que suelen acarrear otra serie de problemas, como por ejemplo incrementar las probabilidades de caídas, y que estas den lugar a una fractura de cadera, o que el anciano opte por quedarse en casa para evitar estos tropiezos y se produzca un aislamiento social o una pérdida de comunicación con su entorno, lo que podría derivar en depresión o ansiedad.
Problemas de visión habituales
Es importante realizar revisiones de la vista anuales cuando se tienen mas de sesenta años, ya sea para volver a graduar las lentes o bien para prevenir problemas de visión graves como el glaucoma, la degeneración macular o la retinopatía diabética.
Otro problema de visión bastante común en los ancianos son las cataratas, que ocurre cuando la lente que tenemos dentro de nuestro ojo va perdiendo transparencia y puede llegar a quedarse totalmente opaca.
En las clínicas oftalmológicas existe tratamiento para muchas de estas enfermedades que si no son tratadas conducen a la ceguera. En el caso de la catarata, el tratamiento es tan sencillo como reemplazar la lente natural por una artificial, y de un día para el otro la persona vuelve a ver como cuando era joven, lo que supone una gran dosis de moral y felicidad.
En resumen, los especialistas en salud visual recomiendan a los ancianos: hacer una visita anual al oftalmólogo, actualizar la graduación si fuera necesario, usar gafas de sol para proteger los ojos, no fumar, hacer ejercicio en la medida de lo posible, y mantener una dieta equilibrada.
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