La cirugía refractiva con láser excimer ha supuesto toda una revolución para los profesionales dedicados al mundo de la visión, tanto para las ópticas que ven cómo año tras año pierden a miles de clientes de gafas y lentes de contacto, como para los oftalmólogos que hacen realidad el sueño de corregir la visión.
Dado que muchas mentes inquietas se preguntan cómo funciona el láser excimer, hemos querido dedicar este artículo a desvelar algunos de sus secretos no tan secretos, ya que cualquiera que acuda a una clínica oftalmológica podrá resolver estas mismas dudas de la mano de un cirujano oftalmólogo.
El láser excimer o láser de excimeros es un láser ultravioleta controlado por ordenador, su haz de luz invisible es capaz de moldear los tejidos de nuestra córnea para corregir diversos errores refractivos, tales como astigmatismo, miopía o hipermetropía.
Al moldear lo que hace es eliminar tejido, concretamente una fina capa de un grosor inferior al cabello humano. El láser en ningún momento penetra en el interior del ojo, por lo que no afecta al iris, ni al cristalino, ni mucho menos a la retina.
Este procedimiento está controlado en todo momento por un cirujano, y puede ser detenido sin problemas. El láser excimer se emplea en tratamientos con ablación, como son PRK, LASEK y Epi-LASIK, así como en los tratamientos convencionales LASIK, LASIK por frente de ondas, e Intralasik.
Gracias al láser excímer se pueden corregir en cuestión de minutos defectos visuales como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, algo que décadas atrás habría sido impensable, así como se puede aplicar para determinados tratamientos de presbicia.
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