En Estados Unidos acaban de aprobar la utilización del primer implante artificial de retina, algo que ya se hizo en Europa hace un par de años. Este dispositivo replica algunas de las funciones de la retina, permitiendo que el paciente recupere la visión cuando sufre retinitis pigmentosa, una grave enfermedad degenerativa.
Este nuevo implante artificial de retina ha sido desarrollado por la empresa privada Second Sight, con sede en California, y lo han bautizado como Argus II. Como vemos en la imagen de arriba, aparte del implante ocular, se incluyen unas gafas especiales que incorporan una cámara y una unidad que procesa el video que ésta captura.
El funcionamiento de este nuevo implante artificial de retina es relativamente sencillo de explicar, pero sin duda muy complejo de desarrollar (14 años han invertido), ya que remplaza funciones naturales como la sensibilidad a la luz que tienen células de la retina y la posterior «traducción» a impulsos eléctricos para que la información llegue al cerebro.
La idea es que la cámara capture la imagen que tenemos ante nosotros, luego la unidad procese el vídeo y lo transforme en señales, que son transmitidas mediante ondas al implante que tenemos dentro del ojo, el cual crea impulsos eléctricos que viajan a través del nervio óptico hasta el cerebro.
El resultado no es una visión normal, pero sin duda ayuda al paciente en el día a día, ya que puede localizar objetos e incluso reconocer letras y formas de gran tamaño, lo que permite mejorar la calidad de vida de aquellas personas que no han nacido ciegas y que les cuesta mucho adaptarse a una vida sin visión.
Retina y retinitis pigmentosa
Como vemos en la imagen de la anatomía interior del ojo, la retina es una fina capa situada en el fondo del ojo, sobre ella se debe formar una imagen nítida, de manera que las células puedan transmitir la información al cerebro de forma correcta, mediante señales eléctricas, que viajan por el nervio óptico hasta nuestro cerebro.
El problema que ocasiona la retinitis pigmentosa es que poco a poco va destruyendo las células fotoreceptoras, de manera que la retina no es capaz de percibir la luz y por tanto no puede transmitir información al nervio óptico.
Lo malo del Argus II es su elevado coste y el hecho de que se destine a casos avanzados, lo que hace que pocas personas finalmente se vayan a beneficiar de esta nueva tecnología, por hacernos una idea, en Estados Unidos estiman que hay unas 100.000 personas con retinitis pigmentosa, pues al parecer calculan que solo unas 4000 personas al año podrán hacerse con el Argus II.
Vía Reuters
mi esposo se le desprendió la retina pos completo de ojo izquierdo que posibilidad tiene de ver…