Los ojos de los niños y los jóvenes están en desarrollo hasta pasados los veinte años, de modo que es importante cuidar su salud especialmente a estas edades. Sin embargo, muchos padres y jóvenes no dan tanta importancia, lo que les pone en una situación de riesgo.

Según el Coooc, apenas el 2% de los niños usa gafas de sol para proteger sus ojos, lo que en la práctica equivale a que casi ningún niño utilice gafas de sol.

De igual manera que protegemos nuestra piel cuando nos exponemos a las radiación solar, ya sea en la playa, en la piscina o cuando salimos a pasear, sería igual o aún más importante proteger nuestros ojos, ya que son veinte veces más sensibles que el resto de nuestra piel.

Por qué los niños deben usar gafas de sol

Entrando en temas más técnicos y específicos, deberíamos ser conscientes de que las pupilas de los niños son más grandes que las de los adultos, lo que permite que entre más luz a través del cristalino – la lente natural que permite enfocar y que pierde transparencia cuando aparecen las cataratas a partir de los cuarenta –.

El no usar gafas de sol durante los días soleados de verano, o cuando practicamos deportes de montaña, hace que se produzca un desgaste que puede afectar al niño a corto y a largo plazo, ya sea en forma de irritaciones, fatiga visual o algún tipo de úlcera.

A la hora de comprar gafas de sol, debemos evitar las gafas de los mercadillos, ya que cuentan con lentes que no filtran la luz de forma adecuada, y por tanto puede ser peor el remedio que la enfermedad, ya que uno piensa que está protegido, y sin embargo la lente oscura obliga a la pupila a dilatar mas, lo cual permite que entre más radiación solar en el ojo.

Las gafas de sol se deben comprar en establecimientos autorizados, ya sean ópticas online o a pie de calle, pero siempre se debe tratar de productos homologados cuya etiqueta especifique el nivel de filtrado y el tipo de protección.

Fuente